Rosa Navarro Durán ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional al estudio de la novela picaresca y la narrativa cervantina, llegando a publicar cinco volúmenes de la primera y, en la última década, nuevas lecturas del Lazarillo de Tormes. Tras realizar numerosos estudios sobre esta última obra, considerada desde siempre anónima, la doctora ha atribuido su autoría a Alfonso de Valdés, que habría escrito el Lazarillo en las primeras décadas del siglo XVI. Esta afirmación no ha estado exenta de críticas por parte del sector más conservador, críticas a las que la catedrática responde con esta afirmación: "Lo que está en la literatura y lo que está en los diccionarios no es sagrado". A lo largo de la conferencia, Rosa Navarro habló de otras obras a las que ha atribuido autoría: la Fábula de Alfeo y Aretusa y la novela de caballerías Curial y Güelfa. La primera es un poema de casi mil versos que Gerardo Diego encontró en 1919 en la bilbioteca de Menéndez Pelayo, al que le faltaban páginas. Tras realizar investigaciones sobre el poema, Navarro Durán llegaó a la conclusión de que el autor es el poeta granadino Pedro Soto de Rojas, un seguidor de Góngora.
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